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domingo, 29 de junio de 2008

Los Ruidos del Silencio

Es verdad, en el silencio crece el ruido,
descienden las estelas de la luna,
naufragando en las olas inquietas de un mar siniestro,
llenas de espumas y cabezas de arena,
cosechando palabras de una playa dormida.

Un órgano de algas interpreta a las sirenas,
mientras la noche perturba el insomne llanto,
de las rocas ahogadas de penumbras.

El olor a las pieles asocian las sentencias del olvido,
y la locura domina
la idiotez de los vientos despeinando a los sauces.

No te calles entonces,
que en el silencio es mas violento el ruido,
y se escuchan pensamientos que negamos,
realidades que mentimos,
en la holgura de la lucha por saber que estamos vivos.

No detengas los relojes de mis montes,
no adormezcas los duendes de la dicha,
déjalos que salten por los otoños grises,
con olor a romero y a jarilla.
Libre de las filosóficas aguas que emergen de las piedras,
libre de la libertad que nos ata cada día.

La vida, amor mío, es un silencio largo
que grita a cada instante,
un suicidio de presente en armas de la nostalgia,
y el recuerdo del futuro
que entre dolores y esperanzas se presiente.

Adónde vas si te marchas?,
siempre el eco irá contigo;
siempre huyendo de las voces,
seguirás siendo… palabra y grito.
Que me dejaras si te alejas,
de éste espacio atemporal entre sórdidos caminos?
Que te llevarás en las maletas,
o en tus sacos de humo y de sonidos?

¡Vuelve a latir como antes de ser metal !,
sumérgete en mis fraguas de vientos improlijos,
déjame moldearte entre el bronce y el acero,
de los pocos sueños que aun me quedan.
No te vayas en busca de la nada que ya tienes,
sigue ahuyentando los silencios que explotan en la vida.
Dale a los crepúsculos
tu voz dibujada entre algodones y arlequines.
Canta una rima pasajera,
entona tu enojo y tu desdicha.
No me dejes aquí, solo, imaginando en la fontana ,
el murmullo de las aguas,
que caen comentando su alegría.
El rugido de los hombres cuando tienen bajo sus pies,
la presa que dominan con el fusil de sus codicias.

Es verdad,
el ruido hace mas ruido, cuando el silencio es mas silencio,
y se estremecen los tímpanos de la mente,
despidiendo en su agonía, la cuerda de una guitarra
desgarrada en una esquina del cuarto.
Las teclas de un piano humedecidas de abandono,
un concierto de pájaros , un coro de querubes,
y un borracho ruiseñor,
durmiendo calladamente, en las habitaciones del alma.-

No te calles!, amor mío,
deja que tu voz acaricie la especie y el planeta.
Las palomas deben seguir batiendo sus alas de espejismos,
en mis nidos de hierbas y de barro.

Walter Faila

3 comentarios:

Javier Andrade (Datrebil) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
FANNY JEM WONG M dijo...

SIEMPRE ESTOY AUNQUE NO ME VEAS , GRACIAS POR ESCRIBIR ASÍ
UN FUERTE ABRAZO MI BUEN AMIGO
BESOS
JEM WONG

Anónimo dijo...

Podría decirte que encontré tu blog casualmente.. navegando por internet y buscando poesía.. como suelo hacer.. en éste caso, encontré tu poesía por un amigo tuyo,en su sala de ozú, Trevanian, sentí curiosidad.. y aquí estoy.. paseando por tus letras, un placer..amenazo con volver ...

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