Viene a mi un nombre lejano y difuso,
todas las tardes al despuntar el alba.
Lleva en su rostro un mueca absurda
y en sus vocales chillan viejas bisagras.
Herrumbrados de tiempo y apatía.
sus ojos son péndulos de lágrimas.
Y mis noches son siempre negras
aunque las rosas sean todas blancas.
En un mínimo desmayo se cuelga la vida.
todas las tardes, todas, al despuntar el alba.
Walter Faila
3 comentarios:
SIEMPRE ES RECONFORTANTE LEERTE
BESOS
JEM WONG
Hermoso poema, como todo lo tuyo, Walter.
Es un gustazo pasar por tu espacio poético y dejarte mi huella amiga.
Un besito
Ana
Publicar un comentario